La gran novedad, es que la USN no pretende que el nuevo entrenador pueda operar desde un portaaviones. Lo que se está buscando en un entrenador ya desarrollado, que opere desde tierra. No se realizaría un desarrollo de una versión navalizada, se toma al avión casi como está. Se realizará una búsqueda en el mercado de entrenadores para determinar cuáles aparatos tienen la capacidad de realizar prácticas de aterrizaje rápido en pistas cortas (simular el aterrizaje de aeronaves embarcadas) y que pueda ejecutar las maniobras de “touch and go” sobre portaaviones.
Cada aeronave de la nueva generación de entrenadores de la US Navy debe cumplir los siguientes requisitos:
Debe volar un promedio de 400hs al año
Debe poder realizar 1200 prácticas de aterrizaje simuladas en portaaviones al año
Debe realizar maniobras de “touch-and-go” 45 veces por año
Debe tener una vida útil de 14400 hs
Se espera que sea capaz de sostener 43200 aterrizajes a lo largo de su vida operativa
Debe poder alcanzan un techo operativo de 12500 metros
Debe poder alcanzar velocidades superiores a los 1111 kms/h
Además, se especifica que el avión debe ser un biplaza, con capacidad de comandar el aparato desde ambos puestos, deben tener asientos eyectables y poseer las reservas necesarias para absorber tecnologías particulares de la USN, como el Modo de Aterrizaje Preciso (PLM por sus siglas en inglés) que ayuda al aterrizaje de los F-18E/F.
Se pretende tener las primeras unidades operativas del nuevo entrenador para el 2028 o antes, lo cual explicaría en parte la renuncia a la navalización de un diseño existente, con los tiempos y sobre costos que ello implica. Aunque, imagino que algunas modificaciones si serían realizadas, como la adición de un gancho de cola o recubrimientos contra la corrosión del aire salino.
Otras posibles explicaciones, podrían ser que los T-45 pasan la gran mayoría de su vida operativa en bases terrestres, y los despliegues embarcados son muy esporádicos. Y desplegar estas aeronaves a bordo de un portaaviones implica ocupar un espacio que reduce la cantidad de aviones de combate disponibles en el buque. Tal vez esta experiencia esencial para los pilotos novatos podría ser brindada por los F-18F ya operativos de cada ala aérea embarcada.
Otra opción que se me ocurre para cubrir esta fase crítica del entrenamiento, es la de contratar empresas privadas, tan de moda en los últimos años, que podrían brindar ese servicio al contar en sus flotas con aviones navales adecuados, e instructores veteranos de todas las fuerzas. Varias de estas empresas ya operan con aviones navales como el A-4 Skyhawk
Recientemente la totalidad de los F-18A/B australianos fue vendida a la empresa AirUSA, con lo cual ya tendrían algunos aviones navales para dar respuesta a esta necesidad
Por los requisitos expuestos por la Navy, lo más probable es que los diseños que compitan en el programa, sean los mismos que compitieron por el programa de nuevos entrenadores de la USAF. Hablo, principalmente del Leonardo M-346 Master (aunque el requisito de velocidad lo deja adentro por un ajustado margen), el KAI T-50 y, el ganador de la USAF, el Boeing SAAB T-7A.
Creo que lo más probables es que veamos una unificación de los aviones de entrenamiento avanzado en EEUU, basándose en el modelo de la Boeing-SAAB. A menos que la Navy se corte sola con algún tapado.