Durante diez días, en los gigantescos campos de entrenamiento de la Base Baterías, asiento natural de la Infantería de Marina Argentina, se realizó la ejercitación conjunta denominada Aonikenk. Congregó a más de cinco mil efectivos de las Fuerzas Armadas argentinas, movilizados desde grandes distancias, a escala europea implicaría atravesar varios países de punta a punta.
Al mismo tiempo, una parte de la operación conjunta se desarrolló en otro punto equidistante, los campos de instrucción del Ejército Argentino en la provincia de Neuquén, en Pulmari, en estos momentos en condiciones plenamente invernales, con nieve copiosa.
El despliegue se conformó en varios puntos, transportando material y personal a grandes distancias y por diversos medios, ferrocarril, avión, por carretera y mar.
Allí confluyeron medios acorazados y mecanizados del Ejército Argentino, artillería liviana de 105 mm y pesadas de 155 mm, personal para desarrollar misiones anfibias, terrestres, de asalto aéreo, aerotransportadas y misiones de apoyo aéreo cercano. La antiaérea estuvo conformada por los cañones de 35 mm Oerlikon con radares Skyguard, medios antidrone y sistemas RBS-70.
La Fuerza Aérea Argentina apoyó con sus Boeing 737NG, Embraer 140 y Hércules C-130H, además de los IA-63 Pampa, que realizaron ejercicios de bombardeo clásico a posiciones definidas del adversario. Se practicó continuamente la interceptación de comunicaciones del enemigo, así como la detección e identificación de blancos posibles y el fuego sobre los mismos, con los sistemas de armas adecuados.
Se utilizó en todo momento munición real en todas las misiones de apoyo de fuego, coordinado por medios tecnológicos de avanzada.
El ejercicio combinado ha destacado no sólo por la interesante movilización de elementos y tropas, navíos de guerra, aviones y helicópteros, también por los medios empleados de operaciones electrónicas, drones, radares y sensores, equipos de EW, estos últimos factores, como el ciberespacial, el espectro electromagnético, la inteligencia táctica y la captura y proceso de entendimiento y análisis de la información de inteligencia, lo que ahora se conoce como multidominio, han sido un factor clave en Aonikenk.
Tomando en cuenta las enseñanzas de los conflictos del momento, se desarrolló previamente una importante planificación de todos los movimientos logísticos, de transporte y planes de instrucción de las fuerzas intervinientes. Hace un tiempo se practicó un gran ejercicio de planeamiento de operaciones multidominio y ahora se lo llevó a la practica en el terreno, la movilización desde mucha distancia, de todo tipo de medios, el despliegue de las fuerzas de operaciones especiales, paracaidistas y asalto aéreo, más los medios de montaña, que no llamaron tanto la atención, por estar a centenares de kilometro operando en condiciones invernales y no haber recibido mucha atención periodística.
La capacidad de movilizar y apresto de las fuerzas puesta en juego, desde el movimiento por medio naval gracias al transporte “Canal Beagle” de los materiales de la Agrupación de Comunicaciones 601, de la Compañía de Comunicaciones Conjuntas y del Batallón de Infantería de Marina 3, que navegaron casi ochocientos kilómetros hasta la zona de despliegue, todo con planes de carga diseñados a tal fin. Claramente, se vio la necesidad de disponer de buques anfibios para los movimientos de cargas pesadas.
La Brigada Anfibia de la Infantería de Marina (BRIM) realizó una incursión con medios afines en una zona específica de playa y en concordancia con la Fuerza Conjunta de Intervención Rápida con un movimiento buque-costa presto y eficaz, a lo que se agrega el raudo pasar de las tropas aerotransportadas, vehículos mecanizados y acorazados con el apoyo heliportado y de aviones en misiones de apoyo directo.
Una movilización de esta naturaleza pone al descubierto la carencia de medios modernos y en cantidad, tras décadas de un proceso de indefensión ordenado por el poder político y que ha provocado una pérdida de capacidades notable.
Las nuevas autoridades políticas han indicado que dicho proceso derrotista ha concluido, y que un nuevo tiempo de ordenamiento y valorización de las instituciones militares está en marcha. Los próximos tiempos mostrarán, o no, la veracidad de esos postulados del gobierno de Javier Milei. (Luis Piñeiro / Fotos MINDEF)